REPRODUCCIÓN
La vida productiva de una vaca lechera sólo comienza tras el parto, antes han pasado muchos meses de preparación, cuidados y gastos.
Tradicionalmente, se han intentado reducir al máximo los costes asociados con este período improductivo escatimando en la alimentación y cuidados de las terneras y novillas. Esta estrategia ha demostrado que reduce la salud, la fertilidad y la productividad de la futura vaca, no sólo en su primera lactación, sino en toda su vida productiva (Hanson, M., 2013).
Numerosos estudios han ido demostrando que el periodo improductivo de la novilla se puede reducir sin perjudicar, e incluso mejorando, la productividad total de la vaca (Corbett, R., 2015).
Tal y como se puede ver en la siguiente gráfica (Fernando Soberón, a partir de datos del DairyComp 305, 2015) a medida que va aumentando la edad al primer parto a partir de los 24 meses los datos de producción de la primera lactación empeoran.
A lo largo de las últimas décadas la edad de concepción y parto ha ido disminuyendo progresivamente desde animales que solían parir con más de 30 meses a un objetivo actual de parto a los 23-24 meses de edad (Stevenson, J., 2008).
Para poder conseguir este objetivo de 23-24 meses, precisamos establecer protocolos de manejo y gestión reproductiva adaptados a la realidad de nuestras explotaciones.